miércoles, 24 de junio de 2015

Mario Ezio

perdida

sin importar cuantas cosas hemos perdido, cada una nueva es como si fuese el final del camino y la vida, ni que hablar de personas o de sentimientos o seres queridos.
Perdida la inocencia. que mas puedo perder.

conspira el universo para que el plan se concrete, aún cuando nos equivocamos de caminos al tomar decisiones que en el tiempo sabemos incorrectas.
siempre en el corazón tenemos la certeza. Pero aveces  el miedo nos paraliza.
Pese a ello la inercia del mismo tiempo, universo, Dios, o lo que fuera o sea finalmente se realiza.
Tuve un sueño de niño y lo relate como historias a mis hermanas y aún cuando no lo recuerdo fielmente, veo en mi presente que todo lo hecho tendió a convertirse en realidad.  Por mas que me retrase en el camino y dude, y dudo, mis pasos sin querer tienen un rumbo por encima de mi propia razón o conciencia o voluntad. Mas me demoro en concretarlo   mas me demoro en avanzar.
Pude amar y no me atrevi, pude pelear y tampoco me atrevi, pude muchas cosas; tantas que no puedo ennumerar y sigo en el camino cumpliendo con ese deseo, sueño, fantasia de niño.
Quiero a quien culpar por los fracasos.
Pero se internamente que es  mi responsabilidad. Tuve verguenza del que diran, de no  cumplir con las espectativas, de mostrar lo que soy.
Mi realidad hoy es mi sueño de niño pese a mi esfuerzo por fracasar.
Perdi mi sonrisa sin saber porque, rechino mis dientes hasta el dolor y aun alli no puedo pelear.
Le debo una trompada a un fantasma de mi niñez y no lo suelto.
Le debo un te quiero a Ella y aun hoy no lo podría decir; no puedo escribir su nombre.
 

hoy no es el tiempo de la debilidad, aun las fuerzas de la vida me acompañan plenamente. Tal vez en otro tiempo, en la lontananza diviso, mas bien supongo, porque soy humano, que ya no pueda soporta el peso de una carga de la caballeria. Entonces, quizas entonces, espere, desee o suplique que alguna espada, cualquiera me abata. Agradecido de haber vivido bien, luchando hasta el ultimo aliento, escribiendo hasta la ultima gota de tinta, sera mas honroso morir peleando, que sobrevivir.
La suerte favorece a los audaces.
Bebo hasta la septima gota de cada botella, puede ser la ultima.