lunes, 13 de febrero de 2012

Victoria

La historia la escriben los vencedores con la sangre de los vencidos.
Veo como mi mundo, el mismo que compartimos todos, se desploma y es como asistir a una película vista mil veces a través de los tiempos. Los que ostentan el poder se sienten ajenos a la gente común, al destino común y la realidad la reescriben como en 1984, vistiendo de rosa la cadena  que me axfisia y esperan complicidad.
De que me sirve la realidad que no es real, que es apariencia, aceptada por muchos, y que cerrados en su egoísmo, pretenden salvarse solos.  Esa es la verdadera derrota del presente olvidar que no estamos solos.
Un mundo sin horizontes, sin futuro posible, solo se vislumbra un presente exacerbado hasta el extremo de la irracionalidad.
Mientras en cada punto del mundo el reclamo de justicia por los que dieron su sangre para escribir la historia esta presente, con voz cada vez mas fuerte. Y oídos sordos, llevan el reclamo al borde mismo del abismo.
Asisto perplejo sin saber que hacer, que decir para que me escuchen y cada uno encerrado en su propia coraza camina ciego. Presiento el fin cercano.
Me lastimo un dedo para ver mi sangre y lloro y lloro y lloro con desesperación pensando que solo sirve para vivir y alguien que no me conoce, no sabe que existo; toma una decisión para tener unas monedas mas y con ella solo soy tinta en la próxima linea de la historia.